Siguiendo con el simil de los automóviles, cuando hablamos de combustible para nuestra página web, estamos hablando de SEO.
SEO es un término que se corresponde con las siglas en inglés de, Search Engine Optimization, y que significa “Optimización para Motores de Búsqueda”.
Si, se trata de nada más y nada menos que de trabajar para conseguir que cuando un usuario/cliente potencial utiliza google para demandar un servicio o un producto aparezcamos o no entre los primeros resultados.
De la misma manera que un coche último modelo sin combustible aparcado en el garaje no tiene la utilidad para la que fue creado, con las páginas web sucede lo mismo. Una página web de diseño, alojada en un servidor super rápido no nos vale de nada o mejor dicho de casi nada si sobre ella no se ha llevado a cabo un trabajo de SEO.
Los trabajos de posicionamiento hechos con criterio, funcionan como una auditoría sobre la propia página web, es obligado analizar todos los aspectos de la misma; se analizan los títulos de las páginas, las palabras clave y las descripciones, se valoran los contenidos y los errores de programación y se estudia la situación de la competencia entre otras muchas cosas más.
Un trabajo de SEO es una inversión imprescindible y sobre todo rentable, nos aporta información, seguridad y nos coloca en una posición sólida sobre la que planificar futuras estrategias de márketing.
Llegados a este punto, estoy seguro de que acabo de como mínimo aplazar o cambiar cualquier decisión, campaña, estrategia, o pensamiento sobre la página web de tu empresa. Seguro que te estarás preguntando sobre si la próxima actuación sobre la web de tu empresa será sobre suelo firme o arenas movedizas.
La respuesta está a tu alcance, y no es una cuestión de dinero.